No es necesario tener un gran jardín o un amplio espacio interior para poder disfrutar de una piscina. El catálogo de tamaños es amplio y los profesionales del sector siempre tienen una solución para cada caso. Los precios, eso sí, dependen de factores como su diseño, el sistema de construcción, el modelo de piscina, el tipo de recirculación del agua, la calidad de los materiales como el gresite, los sistemas de depuración, la coronación de la piscina, si se incluye la excavación o no, el precio de la licencia de construcción, el proyecto, los accesorios de la piscina, etc.…
En la oferta de piscinas encontramos en primer lugar las prefabricadas. La más pequeña suele medir 2,75 metros de largo y 1,75 de ancho, con un fondo de 0,50. Ideal para refrescarse en esos días de calor del verano o ver a los más pequeños de la casa darse un chapuzón. El tamaño mayor es de 11,30 metros de largo, por 3 de ancho y 0,90 de profundidad, sin desnivel. Ambas son de poliéster y su precio estimado de instalación oscila entre los 8.000 y 12.000 euros en las pequeñas y 14.000 y 19.000 las de mayor tamaño. La instalación suele durar entre 4 y 5 días.
Después tenemos ya las de obra, desde 12 metros de largo, 6 de ancho y 1,5 de profundidad, a un modelo mucho más pequeño, en redondo, de 2,5 metros de diámetro y 1 de fondo. Los precios oscilan entre los 19.000 y los 5.000 euros.
Hay que tener en cuenta, además, que es conveniente legalizar la piscina. Es obligatorio cumplir con todos los permisos y licencias locales. Nos evitará, además, problemas con vecinos que si cumplen con sus obligaciones y, al estar legalizada, aportaremos valor a la vivienda. Este trámite puede rondar entre los 1.000 y los 1.500 euros.
Otro gasto es el de la excavación en el terreno. Suele rondar los 800 y los 1.000 euros para una piscina estándar.
También está el tipo de recirculación del agua en la piscina. Este es uno de los puntos que más pueden afectar al precio.
Finalmente, hay que sumar el precio de algunos elementos y utensilios que pueden prolongar la vida de nuestras piscinas o simplemente hacerlas más sofisticadas: Limpiafondos eléctricos, cascadas en acero inoxidable, cañones de agua, cascadas de obra integradas en el diseño de la piscina, zonas de spa en la escalera de obra, spas independientes adosados a la piscina, equipos de natación contracorriente, cubiertas de pvc para verano e invierno en diferentes colores, persianas eléctricas para piscinas, cubiertas planas, cubiertas elevadas, suelos móviles…
Pero antes de todo ello hay que saber dónde queremos instalar la piscina. Es recomendable situarla en un espacio en el que haya intimidad y se pueda estar tranquilo, lejos de miradas ajenas. El lugar debe ser soleado la mayor parte del día, tanto para mantener el agua a una buena temperatura como para poder broncearse después del baño. El terreno tiene que ser firme y estable, y hay que pensar en las demás instalaciones que acompañan a la piscina y si hay espacio para ellas en el lugar elegido. Depuradora, caseta para guardar los materiales y productos de mantenimiento, la cubierta…
Los árboles pueden ser un problema, no solo en cuanto a la suciedad que las hojas y demás residuos generan en el agua, sino que las raíces pueden afectar a la estructura de la piscina y provocar grietas en sus paredes.
Por último, es importante que pensemos en la facilidad de acceso a la hora de realizar la construcción de la piscina. Si el espacio no cuenta con grandes puertas cerca o áreas que permitan la entrada de la maquinaria que llevará a cabo la obra tendríamos un gran problema.
Y como norma general, apuntar que no todas las piscinas sirven para jardines pequeños. Las curvas necesitan mayor espacio.