El Nuevo Molino
Una cerveza, un gintonic, aquel whisky que nos enamoró… Pensado para ese momento en el que lo que se quiere es disfrutar sin complicaciones. Ese instante en el que, en un ambiente relajado, queremos reunirnos al aire libre y conversar con los nuestros. Quizás pedir unas rabas, elegir un vino rico y hacer que la vida sea feliz. Así, la terraza de Le Hórreo, el hermano pequeño del restaurante El Nuevo Molino, ha nacido para que todos los momentos gastronómicos sean posibles en un entorno privilegiado, como es el que se ubica a la orilla del río Pas, en una preciosa finca cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII.
Desde tomar el aperitivo, hasta un combinado a media tarde, pasando, por supuesto, por disfrutar del mejor producto en formato tapa: en versiones clásicas como las croquetas, el jamón de bellota cortado a cuchillo, las anchoas, las rabas con limón, la ensaladilla de langostinos, las bravas, los callos guisados o el chuletón de tudanca… Hasta versiones más modernas, como los mejillones con jalapeños (imprescindible probarlos), o el salmón marinado, vinagreta de tomate y mizuna. Un espacio creado para todos los gustos.
No es tanto la intención de enumerar aquí una carta que cambia con la temporada, como debe ser para asegurar siempre lo mejor, sino mostrar simplemente un espacio creado para que quien lo disfrute sea feliz. Un lugar en el que se puede elegir, según cada momento, de qué manera disfrutarlo, siempre con la calidad y la atención que caracteriza a un espacio con Estrella Michelin, pero en un ambiente más informal, que permita la gastronómica felicidad.
Una terraza con alma
El nacimiento de esta terraza, de sus intenciones, de su forma de ser, viene dado por la reflexión del propio chef y propietario de El Nuevo Molino, Toni González que, amante como es de la alta cocina, lo es también de aquella cocina que no necesita corsés.
Toni, a menudo, cuando más disfruta es reuniéndose con amigos, abriendo una botella de vino y compartiendo una tapa de jamón, un buen queso de Cantabria, unas croquetas… Así, sin más intención que disfrutar de ese momento, nace una apuesta por el mejor producto, por los imprescindibles, los siempre deseados, aquellos platos en formato tapa que procuran la felicidad. Acompañada de una bodega única en la región y de una selección de destilados a la altura, porque un buen whisky, un cóctel, una nueva cerveza, es pura gastronomía.
Montada sobre una larga tarima de madera, bajo un enrejado de velas en tela jalonadas para atrapar las sombras y llevárselas al comensal de forma que éste pueda disfrutar de lo mejor del verano cántabro, Le Hórreo ha querido configurar un espacio agradable, abierto, con las separaciones suficientes para la seguridad y el disfrute sin preocupaciones con la compañía y siempre bajo la premisa de crear el lugar donde uno querría estar.
Para todos
Con amigos, con familia o en reuniones que requieran de un espacio abierto y de relax, todo cabe si el denominador común es la calidad. Productos frescos, referencias de vinos clásicas y también arriesgadas y la atención amable pero sabia, de un equipo joven y suficientemente preparado.
Así, con esta forma de entender la felicidad, rodeados del frescor de las sombras en los días de verano, la terraza de Le Hórreo se convertirá, sin dudarlo, en ese espacio al que querer ir, donde la vida merece ser plenamente vivida, para un verano en el que hay muchas esperanzas puestas.
Dirección. Barrio Monseñor, 18. Arce. Teléfono. 942 575 055 y 621 221 956 (reservas).
Chef y propietario. Toni González (una estrella Michelin).
Cierra los martes.