Farmacia, al servicio de la salud de los ciudadanos

«Nuestra profesión ha sabido transmitir seguridad, confianza y credibilidad»

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria integra en la actualidad a 845 profesionales colegiados, de los cuales el 75% desarrollan su labor profesional en alguna de las 278 farmacias de la región. Pero los farmacéuticos, como expertos en el medicamento, participan en toda la cadena del mismo: laboratorios, distribución, farmacias comunitarias… y, además, ejercen en distintos ámbitos profesionales: análisis clínicos, docencia, investigación, farmacia hospitalaria, alimentación, óptica o administraciones públicas, dónde se vela por el cumplimiento de las leyes que garantizan la seguridad de la población.

El favorecer que se implanten servicios profesionales de calidad para los ciudadanos mediante la formación de sus colegiados es uno de los objetivos principales, sin olvidar que esta institución representa a los farmacéuticos a nivel autonómico y nacional, defiende sus intereses y vigila y hacer cumplir las disposiciones que regulan el ejercicio de la profesión y la lucha contra el intrusismo.

La actividad del Colegio se complementa con los variados servicios que ofrece tanto a ciudadanos como a sus colegiados. A través de la página web, los ciudadanos pueden conocer las farmacias existentes en Cantabria, las que están de guardia cada día, acceder a diferentes campañas de promoción de la salud y prevención de enfermedades, encontrar consejos sanitarios y también presentar quejas o reclamaciones. A los colegiados se les facilita certificaciones y trámites así como toda la información profesional necesaria para el desarrollo de los servicios profesionales que ofrecen a la población.

Formar parte de este Colegio significa participar en la contribución de un futuro profesional común y compartir las ventajas que esto conlleva, especialmente en una profesión que evoluciona diariamente y se adapta a las demandas de la sociedad. Y así lo han demostrado durante la pandemia.

Los farmacéuticos cántabros han sido conscientes, desde el primer momento, de que se estaba viviendo una situación excepcional que requería medidas excepcionales y urgentes para garantizar la continuidad asistencial y la prestación farmacéutica a toda la población y han actuado con prontitud, responsabilidad y solidaridad.

En palabras de su presidenta, Rita de la Plaza: «Durante la crisis sanitaria que hemos pasado, nuestra profesión ha confirmado ser un referente a la hora de transmitir seguridad, confianza y credibilidad al conjunto de la sociedad. Hemos demostrado ser una profesión comprometida con la salud y el bienestar de todos los cántabros. Nuestra labor desde el comienzo de la pandemia ha ido más allá de lo profesionalmente exigible. Los farmacéuticos de Cantabria hemos actuado, en muchas ocasiones, por delante de nuestros compañeros farmacéuticos en España, con una actitud ante la Administración siempre constructiva, intentando dar una respuesta eficaz y viable a cada uno de los retos que se nos han planteado».

Actualmente desde el Colegio se fomenta y se coordina la colaboración entre farmacéuticos de distintos niveles asistenciales, así como con el resto de profesionales de la salud; se intenta tomar decisiones de forma conjunta, utilizando las habilidades de cada uno para mejorar la atención a los pacientes. Es lo que su presidenta denomina «la farmacia colaborativa».

Además, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, como interlocutor con la administración sanitaria, pone a disposición de ésta las 278 farmacias para dar soluciones tanto en materia asistencial, como social o de salud pública

En materia asistencial, la solución más reciente es un protocolo para la coordinación entre farmacéuticos de hospital, de farmacia y de la distribución farmacéutica, con el fin de que los medicamentos hospitalarios lleguen a los pacientes; evitado así los desplazamientos, contagios, presión hospitalaria y costes añadidos al Sistema Nacional de Salud. La máxima obsesión de los farmacéuticos ha sido que ningún paciente se quede sin su medicamento y que ninguna farmacia cántabra cerrara.

Los farmacéuticos están ejerciendo una gran función social, ayudando a víctimas de maltrato o colaborando con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en la detección de personas especialmente vulnerables o en riesgo de exclusión social.

En materia de salud pública, desde siempre han tenido un papel importante en prevención de enfermedades o detección y cribado de las mismas. Pero es destacable su contribución a frenar la expansión del virus, ya que en los momentos más críticos de la pandemia, realizaron pruebas diagnósticas desde los laboratorios de análisis clínicos y, posteriormente, con la dispensación de los test de autodiagnóstico covid, entregando instrucciones claras y precisas, acompañando en la realización del test a los ciudadanos que lo soliciten y, lo más importante, indicando cómo proceder ante un resultado positivo.

Además, han tenido un papel importante en las tan esperadas vacunas frente al covid y, como no podía ser de otro modo, la custodia y el control de las mismas, previa a la administración a los ciudadanos, ha estado y continúa estando en manos de farmacéuticos.

Rita de la Plaza afirma que «lamentablemente hemos tenido que esperar a esta gran crisis para darnos cuenta de todo lo que puede hacer la Farmacia, de su potencial sanitario, asistencial y social. Cuando parecía que nada funcionaba, cuando todo estaba cerrado, solo la Farmacia ha estado al lado de la sociedad, actuando como un reloj de precisión. Siempre hemos estado ahí, con firme vocación de servicio público. No hemos aparecido ahora por arte de magia. Nunca nos hemos ido y nunca nos vamos a ir. Estuvimos, estamos y estaremos siempre de guardia; es nuestro compromiso». «La cruz de la farmacia no se apaga», es el mensaje que su presidenta quiere dejar.

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