El único museo de patatas fritas del mundo está en Brujas

Las patatas fritas tienen su propio museo en Bélgica, el Friet Museum que recibe más de 80.000 visitas cada año y está dedicado de forma íntegra a un producto que los belgas consumen como un plato en sí mismo y que es símbolo nacional. Hechas con variedades locales (Charlotte, Nicola, Plate de Florenville, Ratte…), se fríen dos veces en grasa de ternera o buey (aunque cada vez se emplean más aceites vegetales), se consumen como aperitivo, servidas en cucurucho de papel y acompañadas de salsa mayonesa, o acompañando platos que también son famosos como los mejillones (moules), las albóndigas o el estofado de ternera.

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