La conectividad y la digitalización se han hecho imprescindibles

Imprescindibles para el desarrollo económico y social

Los avances tecnológicos requieren de una investigación.

Las nuevas tecnologías se abren a un nuevo horizonte marcado por la vuelta a la normalidad, con mesura, después de los meses más duros de la pandemia. Con el fin de casi todas las restricciones, son muchos los sectores de la sociedad cántabra que transitan ya hacia una etapa que recuerda a los años precovid. Es momento de «coger aire», impulso para afrontar los retos futuros, marcados por un horizonte en el que la conectividad nos ha cambiado profundamente, sobre todo en el ámbito empresarial.

Porque hoy en día es imposible imaginar un negocio que no integre y se constituya con el apoyo de las nuevas tecnologías e internet. Tanto en cuanto a las comunicaciones como en las estrategias de marketing, recursos humanos, atención al cliente…, cualquier ámbito está influido por los avances y las nuevas herramientas tecnológicas, por otra parte en continua evolución. Aunque no se puede perder el contacto personal, la relación con el otro. Esa dualidad entre tecnología y humanismo es algo que ha quedado de manifiesto durante la pandemia, en que los despachos se han trasladado al hogar y el teletrabajo ha sido fuerza mayor durante el confinamiento. Aún queda por conocer cuánto de ese teletrabajo ha venido para quedarse, pese a que según datos recientes, ocho de cada diez empresas han requerido a sus trabajadores que regresen a las oficinas.

Se han planteado retos tecnológicos que han servido para poner a prueba al sector empresarial en cuanto a las estructuras de ese ámbito, para dar muestra de que en efecto han estado a la altura y han podido continuar adelante con sus encargos aún con el teletrabajo. Así, la digitalización ha sido fundamental y, ahora, el reto que se plantea es si las empresas serán capaces de implantar esos recursos tecnológicos, de manera eficiente, para que permita que la productividad siempre esté garantizada.

Otros ‘pilares’ estratégicos en el avance tecnológico que hay que superar hablan de la realidad virtual y aumentada, la ciberseguridad, big data (datos a gran escala) o el internet de las cosas. La inversión en tecnología en 2021 va a ser, sin duda una de las principales apuestas, con una clara predisposición por parte de las compañías a continuar con sus planes de digitalización.

Un motor ineludible

En el contexto de los avances tecnológicos el big data es una prioridad de inversión. Repercute directamente en la calidad de los servicios que ofrecen las empresas, como así lo han constatado profesionales y entendidos en esta materia. Las empresas buscan conocer cómo es la experiencia de sus empleados que están teletrabajando, en remoto, por cuanto surge la monitorización de esa realidad digital que contribuirá a que las organizaciones mejoren la eficiencia operativa, las infraestructuras digitales, la satisfacción del empleado y, sobre todo, la seguridad.

Ese seguimiento deberá ampliarse en el futuro, con el notable aumento de dispositivos y conectividad que supone el desarrollo del internet de las cosas.

La inteligencia artificial

La habilidad de una máquina para tener las mismas capacidades que un ser humano, llámese inteligencia artificial, desempeñará un papel importante, y sobre todo, interviniendo en muchos aspectos de la vida, de nuestro día a día. Esto tiene una implicación muy importante en cuanto a la seguridad, al aumentar de forma exponencial los puntos de acceso a información personal. Y aquí entran en juego los cyber criminales. Así que hay que estar preparado para suplir la seguridad que va a requerir la inteligencia artificial y cubrir de alguna manera el creciente aumento de los datos generados a través de esa inteligencia artificial mediante una mayor capacidad de almacenamiento a través de los centros de datos.

No cabe la menor duda de que este fenómeno, la inteligencia artificial, se ha abierto paso en todos los órdenes de nuestro día a día. Ocurre, por citar un ejemplo, en el sector de la educación. Su irrupción en las aulas está cambiando los modelos tradicionales, proporcionando información a los profesores en tiempo real sobre los alumnos, su progreso y potencialidad, pese al esfuerzo inversor que merece.

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