Los toldos y pérgolas protegen del sol y de la lluvia

Las terrazas, esa zona de la vivienda que cada vez está más integrada en la rutina diaria, se benefician también de las últimas tendencias en cuanto a la instalación de toldos y pérgolas, dependiendo de sus características. Todo para poder disfrutar del aire libre protegidos del sol, incluso con capacidad para resistir inclemencias meteorológicas como el agua o el viento.

Una de estas instalaciones que ofrecen mayores ventajas, sobre todo frente a la lluvia, son las pérgolas bioclimáticas, 100 por 100 impermeables. Formadas por lamas que pueden orientarse para conseguir la temperatura perfecta, resbalan el agua a canalones de evacuación evitando que se generan charcos. Y además, el agua que se acumula en esos canalones se puede reutilizar para regar las plantas. Se adaptan a cualquier espacio exterior, terrazas, jardines o porches y su funcionamiento es muy sencillo puesto que las lamas pueden regularse manual o automáticamente. De material sintético, de aluminio o textil, también estar pérgolas se pueden abrir dependiendo de la climatología. Está la posibilidad de combinarlas con cerramientos verticales, de cristal o tela impermeable, para crear espacios aprovechables incluso en pleno invierno.

En cuanto a los clásicos toldos, fijos o extensibles, la tecnología también aquí se abre paso. Por ejemplo, están los que utilizan sistemas inteligentes, que se abren o cierran solos, dependiendo de si llueve o se levanta viento fuerte. El toldo se recoge para no sufrir daños y si de pronto vuelve a salir el sol, se despliega para proteger la superficie.

De cofre y solares

Discretos y económicos son los toldo de cofre, que se han incorporado a las últimas corrientes decorativas y se pueden incluso lacar en cualquier color para mantener la estética del edificio. Y los toldos solares, que incorporan células fotosensibles flexibles que ayudan a reducir la factura eléctrica.

Si se quiere cubrir un balcón o una pequeña terraza se puede elegir un toldo, pero si lo que se necesita es cubrir espacios grandes, lo más conveniente es una pérgola, que puede ser de aluminio, con toldo. En cualquier caso, la instalación ha de ser de calidad para cumplir con su misión de proteger del 95% de los rayos UV y los infrarrojos. Cuanto más oscuro sea la lona, más alta será la protección pero también mayor será la oscuridad en el interior de la casa. Las telas microperforadas son mejores porque permiten la ventilación interior y exterior, evitando el efecto invernadero.

En las ventanas pequeñas lo más aconsejable son los toldos de capota. Si es un balcón, los modelos telón con brazos abatibles fijados a una barandilla para poder ponerlos en posición vertical y si la terraza es grande, se acertará con un toldo de brazos articulados, estables y precisos. Los motorizados ofrecen comodidad; en solo unos segundos el toldo baja a la altura de la terraza que se quiera y la lona, además, quedará perfectamente tensada.

¿Cuándo es mejor instalar una pérgola? Cuando se disponga al menos de entre 16 o 20 metros de exterior. Esta estructura fija permite poner un toldo de medidas más grandes y que pueden colocarse tanto adosadas a una pared como en medio de la terraza, el patio o cualquier otra zona del jardín.

Y para los que son amantes de lo más natural, están los toldos realizados con cañizo, malla o brezo. No van a proteger de todos los rayos del sol pero sí tienen gran resistencia a la humedad.

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